Momento para respirar, no siempre para ganar

A Susana Botero y Andrés Silva los conozco ya hace unos años. Siempre he admirado su trabajo y su perseverancia como independientes en esta industria que es tan difícil. De ellos he aprendido varios temas que resumo de entrada para luego contar un poco sobre su experiencia: 

  • La especialización tanto técnica como de contenidos, es una buena forma de desarrollo empresarial dentro del sector creativo y definitivamente tiene muchas más posibilidades que ser un generalista, siempre y cuando los conceptos a trabajar sean claros. 
  • La industria necesita de apoyo mútuo y construir comunidades de trabajo (no me gusta llamarla redes porque el asunto comunitario tiene un concepto de cuidado de nosotros mismos muy interesante: la comunidad sobrevive en tanto yo me cuide y cuide de los demás, en las redes somos reemplazables). 
  • La industria ha sufrido muchísimo por la irresponsabilidad del gobierno frente al sector, y esto ha ocurrido principalmente por el desconocimiento que tiene el mismo gobierno sobre el mismo sector. Gran parte de nuestra última conversación se detuvo en este punto 

Esta es un poco de su historia para que saquen también sus propios aprendizajes con respecto a la manera en que ambos se han enfrentado a ser independientes en las artes. 

Recientemente, Susana y Silva pusieron en stand by sus negocios y decidieron tomarse un tiempo para respirar; hoy viven en Europa y estudian para actualizarse en temas que les pueden aportar al desarrollo de sus empresas. Son una pareja de creativos que también podrían considerarse emprendedores, porque cada uno montó ya hace varios años su propia organización para desarrollar lo que les gusta: el diseño de arte para audiovisual y teatro y la postproducción de sonido para cine y televisión (respectivamente). 

En un momento clave de su relación de pareja, se vieron en la búsqueda de un momento para respirar, estudiar y ver nuevos panoramas antes de seguir adelante. Parar no es tan fácil, la mayoría de guías de emprendimiento (y más en el sector creativo) aluden a la rapidez como uno de los valores más importantes del emprendedor, y aunque se refieren principalmente a la toma de decisiones, se tiene que tener en cuenta la implicación que tiene esa alusión sobre la acción. Y sin embargo, ambos decidieron darse un respiro porque es importante parar para poder avanzar con tranquilidad; que bueno que además de su capacidad como emprendedores creativos, tengan la sagacidad para saber cómo respirar. 

Silva considera que su empresa, La Tina, ha crecido de manera orgánica, y es un buen momento para fortalecer su conocimiento administrativo o en negocios intangibles lo cual podrá ser muy fructífero para la organización. Además sigue apoyando a sus dos socios con el diseño sonoro de los proyectos, trabajo que puede hacer remotamente (por lo menos lo digital nos da facilidades interesantes)

Susana en cambio trabaja sola. Así que hizo una pausa en su empresa, la congeló mientras regresan y su objetivo es desarrollar más habilidades en la creación de proyectos, para no dedicarse tanto a los de otros sino a los propios. 

La experiencia de ambos es muy interesante y deja muy buenas enseñanzas. Por el lado de ella, ha podido comparar desde la producción de una gran producción como Narcos hasta proyectos independientes, y a pesar de que el primero le dejó muy buenos aprendizajes prácticos, no desconoce el agotamiento emocional que deja la falta de estabilidad y equidad de este tipo de gran industria audiovisual (por no detenerse en el conflicto de trabajar para un producto que le da una mirada al narcotráfico desde la posición gringa). Razón por la cual ahora quiere dedicarse más a sus propios proyectos. 

Silva, por su parte, tiene uno de los proyectos más interesantes con respecto a la industria audiovisual, pues casi se ha convertido en un referente de la post de audio hasta el punto que lo buscan tantos proyectos de diferentes magnitudes, que ha tenido que aumentar su planta de trabajo a 3 personas más por proyecto y un administrador general. Honestamente una gran cantidad para las necesidades reales de su oficio, y a pesar de que no parece indicar mucho en números que revisaría el estado, en nuestro sector eso es un número impactante. 

Juntos también sacaron un proyecto juntes: Discos La Modelo. Con él querían conectarse con motivaciones personales que sus empresas no les estaban dando. Silva dice: “Soy más músico que cualquier otra cosa. La música me volvió profesional en varios sectores. Ser músico y profesional me llevó a hacer un sello”. Allí encontraron como la irresponsabilidad del gobierno y las grandes empresas de la música ha impactado negativamente en el sector, lo cual los ha dejado con esa idea de cuidar de los que hacemos parte del mismo casi hasta volverse activistas. 

Si bien los tres elementos que más rescato de ellos dos podría haberlos definido hace muchos años, sin su historia no tendrían mucho sentido. Así que acá les dejo un poco de ella, para que por lo menos pequeñas experiencias nos ayuden a seguir discutiendo: ¿cómo vivir del arte? 

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