Otro gran ejemplo de un festival que logró una altísima afluencia simplemente por la idea que promovía, fue el Love Parade organizado en Berlín Oeste. Su iniciador, Mathias Roeingh más conocido como “Dr. Motte”, empezó la fiesta con la idea de promover la paz y el entendimiento internacional, que dado el momento histórico era un mensaje muy fuerte porque el muro de Berlín aún no se había derribado. La música se utilizaba como canal para promover esta idea y principalmente se promovía la música electrónica por su fuerte nacimiento años atrás.
En cuanto al tema comercial, el festival tenía un claro target y eran los consumidores europeos de música electrónica especialmente de Trance, Techno y House. De esta manera los camiones que podían entrar a la caravana podían ser patrocinados únicamente por marcas, establecimientos, discotecas y empresas relacionadas con esta música. Esto, para la época de los 90 donde el trance y el techno eran los géneros más fuertes del momento en las fiestas europeas, llevaba a que había una grandísima inversión en publicidad durante el festival. Además el festival organizado al estilo de carnaval generaba un imagen que lo diferenciaba de cualquier otro festival y que además lo posicionaba como uno de los más exclusivos porque la tecnología utilizada para tener un buen sonido era impresionante. La primera edición del festival se celebró en 1989 y cogió tanta fuerza que para 1997 hasta el 2000 asistieron casi un millón de personas por cada edición e incluso en 1999 asistieron 2 millones y medio. Tristemente el evento empezó a tener problemas de organización durante el S.XXI que lo llevaron finalmente a la clausura. No obstante, muchísimas personas lograron disfrutar de una fiesta que recorría Berlín por el Tiergarten hasta la Puerta de Brandenburgo, lugar clave de la división entre Alemania Oriental y Occidental y hoy en día reformada completamente como lugar de unión de Berlín. Esto, obviamente, le daba al festival una connotación muy fuerte en cuanto al uso de la música como generador del entendimiento internacional y político.
El evento, no obstante, terminó saliéndose de las manos de los organizadores y en 2010, 21 personas murieron en Duisburgo por una avalancha humana ocurrida en uno de los túneles por donde pasaba la caravana. El pasado 12 de febrero se juzgaron 10 personas como responsables en esta misma ciudad. El evento se volvió tan famoso que los organizadores tuvieron muchos problemas y decisiones que tomar que hoy en día deben tenerse en cuenta como ejemplo a la hora de realizar un evento. Primero la marca tuvo que registrarse para poder realizar el festival en otras ciudades y para cobrar por el merchandizing y uso de la imagen. Dado que en principio se fundó como una marcha política el evento no pagaba la limpieza de la ciudad ni la seguridad, pero dado su crecimiento comercial el festival tuvo que hacerse cargo y esto terminó desplazándolo a otras ciudades como Essen y Duisburgo.
Aunque el evento fue un éxito total en sus primeros años, al final terminó teniendo muchos problemas que no pueden ignorarse a la hora de pensar en este tipo de eventos.