Los “Reyes de las Montañas”

El desempeño actual de los deportistas colombianos es sin duda el mejor que ha podido ver mi generación. El país ya no es solamente potencia en patinaje (el cual aparentemente jamás va a ser deporte olímpico); el fútbol ha vuelto a brillar como a principios de los 90, ahora hay grandes figuras en el BMX, hay gente en salto largo o taekwondo, y el automovilismo se vuelve a ver después del descalabro de Juan Pablo Montoya. En Estados Unidos, los costeños están brillando en las Grandes Ligas de Béisbol y no se puede olvidar el levantamiento de pesas o el boxeo, deportes que le han dado muchas glorias al país. Aún así,  y aunque hoy Rigoberto Urán y Carlos Betancur se robaron algo del show en los periódicos y noticieros, el Ciclismo no parece estar en el imaginario del colombiano, a quien lo primero que  se le viene a la cabeza, cuando se le pregunta sobre deportistas nacionales  es Falcao, James y si acaso, la señorita Pajón.

Unos pueden hablar del resurgimiento del ciclismo colombiano, pues desde la conquista de la montaña del Tour de France de Lucho Herrera, parecía que el deporte que más ha unido a Colombia desde los años 50, no había vuelto a mostrar importantes victorias. Actualmente, no sé si sabían,  el país está clasificado como segundo a nivel mundial en el ranking de la UCI, y hace un par de semanas estaba de primero, antes del inicio del Tour de France gracias al desempeño de Contador, Rodríguez y los otros 2 españoles entre los 10 primeros lugares. Sí, los colombianos están por encima de Italia, Rusia, Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Algo que para mayor compresión, equivaldría a estar de segundos en el escalafón de la FIFA.

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Sin embargo, más que el renacimiento del ciclismo, lo que se ve hoy es la luz de lo que ha logrado Colombia por más de 60 años en este deporte y que nunca cayó o desfalleció. Siempre ha estado ahí. Betancur, Henao, Urán, Quintana y todos los nombres que han sonado últimamente llevan viviendo en Europa más de 6 o 7 años, gracias a la gran preparación que llamó la atención de equipos como el Sky de Inglaterra, el equipo mejor rankeado a nivel mundial.

Lastimosamente los llamados “escarabajos” (por su pequeña estatura y contextura, que les permitía escalar pero no correr en etapas planas), no mueven los millones de euros o dólares que a diario mueven los pases de Falcao, el Chachá Martinez o James Rodríguez. Los medios nacionales no ven en el ciclismo una oportunidad de pauta significativa. Carlos Bentacur (clasificado sexto a nivel mundial), posiblemente jamás saldrá promocionando a COMAPÁN en una cuña ni mucho menos a Herbalife, pero seguramente es de los deportistas más sobresalientes en la actualidad, con un futuro muy prometedor.

Para que tengan una mejor idea de la envergadura de este deporte en nuestra historia, déjenme aburrirlos con un par de datos. ¿Sabían que Roberto Escobar (el hermano mayor del Patrón del Mal), fue ciclista profesional y montó, con dineros de su hermano, Bicicletas Ositto? ¿Y que este fue uno de los equipos más importantes de Colombia en los años 80?

Resulta que a principios de los 60 Pablo y Roberto Escobar, Gilberto Rodríguez Orejuela y Hugo Hernán Valencia, compartían una actividad en común: repartir domicilios en sus bicicletas y apostar carreras simulando la Vuelta a Colombia o el clásico RCN. De ellos, sólo Robertico se centró en el deporte. Pero con el auge del narcotráfico, y gracias al enorme patrocinio que recibían los equipos de ciclismo, el deporte se convirtió en un excelente medio para lavar dólares o transportar droga en el marco de la bicicleta. Y es que si la mafia se mete en alguna actividad es porque esta es lo suficientemente importante como para subir el estatus frente a los capos con los que compiten y como intermediario de sus negocios.

Otra pregunta,  sabían que, aunque Escobar era fanático de las competiciones de automóviles ¿él construyó un velódromo en el que el mismísimo Alfonso Flórez, campeón de un Tour del Porvenir (la versión de equipos aficionados del Tour de Francia), y uno de los integrantes del primer equipo aficionado en participar en un Tour de Francia en 1983, organizaba competencias privadas con los mejores ciclistas del país? ¿Y que por lo general se apostaban miles de dólares al ganador?

Pues sí, el ciclismo, hasta los 90, era el deporte que ponía a todo el mundo a parar oreja en el radio o la televisión. La Vuelta a Colombia obligó a las estaciones de radio a avanzar tecnológicamente para poder transmitir a través de micro-ondas, y también llamó la atención de los capos de la mafia. Después de esa época dorada, el narcotráfico vio en el fútbol la posibilidad de esconder números cada vez más altos, y los medios de facturar con muchos más ceros. Así, el ciclismo fue perdiendo visibilidad, pero a pesar de eso, se siguió manteniendo como el deporte en el que los colombianos más se han destacado. Y es que, como lo dice Matt Rendell en “Los Reyes de las Montañas”, un libro sobre la historia del ciclismo colombiano, este deporte es la representación exacta del país. En el está el sufrimiento de un “escarabajo” que escala las frías y agudas pendientes de nuestra geografía, que  equivale a la pasión del cristo al que tanto adoran en estas tierras, la pasión de un país que siempre ha vivido en guerra.

La próxima vez que les nazca ese patriotismo en una sala de inmigración o en una improvisada fonda en el hemisferio norte, recuerden que antes de los Valderrama, los Falcao, los Montoya, hubo varias generaciones de ciclistas que escalaron y siguen escalando las montañas del mundo, llevando en alto la bandera a la que supuestamente tanto aman. En un país donde las oportunidades deportivas se vuelven casi la única esperanza de vida para muchos colombianos, el ciclismo, como el fútbol, son actividades que deben ser patrocinadas, apoyadas y mediatizadas para aumentar esas oportunidades que muchos desechan por otro tipo de actividades. El deporte construye país, y no debería depender de los ceros que se le sumen a la cuenta de cobro, sino al valor cultural y social que este tiene.

4 Comments Add yours

  1. Daniel Casas says:

    Joselito, que bueno que escriba de ciclismo y su articulo esta muy bueno, pero Cancellara no es español, es Suizo, y ni siquiera corrio el Tour…

    1. Daniel Casas says:

      Aaa no fue jose, bueno Giraldo jaja

    2. ¡Tiene toda la razón! Yo estaba pensando en Contador, se me cruzaron los cables, error corregido.

  2. alejandro says:

    Me gustaria conseguir el libro LOS REYES DE LA MONTAÑA en donde lo puedo conseguir ? gracias

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