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A cantar el san juanero, sea donde sea.

Por: Laura Torres

Cuando se escucha la “fiesta del San Juan” lo primero que se viene a la mente es el doble anís, calles cerradas en Neiva, 40 grados de temperatura y la gente festejando por todas partes botella en mano. Nunca se piensa en una ciudad como Barcelona celebrando el San Juan, pero así es, una de las fiestas más importantes del Tolima Grande es un herencia de España. Así como cuando se va caminando por Neiva o Ibagué, donde todos van por las calles bebiendo, así sea prohibido, en Barcelona se ve eso y mucho más. Las personas echando pólvora por toda la ciudad, casetas donde te hacen promociones de petardos y el transporte público está abierto 24 horas por todo el fin de semana.

Caminando por la ciudad se encuentra una de las casetas donde dice “4×3 petardos”, lo cual de entrada a cualquier Colombiano se le puede parecer raro, pero bueno es España “no pasa nada”, por algo no estará prohibida. Sigue el camino por la ciudad y los estruendos  por todas partes son una cosa increíble, pareciera que estuvieran atacando por todos lados, así como los gringos de Hollywood creen que es Bogotá, así parecían los ruidos. “No importa, es España, no pasa nada”, los niños en los parques explotando pólvora, mientras los papás en una mano tenía un encendedor y en la otra cualquier tipo de alcohol, “pero igual es seguro”. Por si esto no fuera lo suficientemente raro para un par de colombianos, al caminar por la playa se puede ver cómo a los pies de cualquier persona caen objetos que en cualquier momento van a estallar. Simplemente no es igual en España que en Colombia, cómo es posible comparar cuando en España “no hay quemados” ni muchos menos heridos y, ¡ni hablar!, las playas quedan totalmente limpias para que al otro día los turistas puedan disfrutarlas.

Lo más irónico de todo es que viví 4 años de mi vida en Ibagué y nunca participé en las fiestas del San Juan y el San Pedro porque siempre me pareció un poco desastroso y peligroso. Este año decidí celebrarlo en Barcelona pensando en que iba a ser más calmado, nunca me imaginé estar cuidando mis pasos para no caminar sobre un petardo o estar atenta a algún borracho apuntara cualquier tipo de explosivo hacia nosotros. Por más que los españoles se crean más “avanzados” a los latinos, hay algo muy claro y es que la fiesta, el desorden y el caos son una herencia bastante notoria.

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