De vuelta al norte

Entre más viajo hacia el sur, más al norte me siento. Viajando tan solo unos cuantos kilómetros fuera de Santiago, el paisaje empieza cambiar;  se siente de nuevo el frio, la lluvia y las casas empiezan a tener un tono más alemán, más europeo.

El sur de Chile me resultó un paisaje completamente nuevo. Al  Pasar por las lagunas de Pucón, vi pequeñas casas de madera entre montañas cubiertas por pinos y, al fondo, lagunas que reflejaban los picos nevados de los últimos rastros de los Andes. El frío me hizo sentir en el peor de los inviernos del norte  y la única manera de remediarlo fue prendiendo el fuego de la cabaña y tomando vino con chocolates.

Un poco más al sur, de nuevo en la costa, la ciudad de Valdivia me recibió con el mejor kuchen  de almendra y miel, y por la noche con cerveza de la casa. La señora que atendía me contó que todas las recetas fueron traídas por colonos alemanes hace unos años. También me habló sobre el club de remo, muy  famoso por esta región, al que sólo pueden entrar  descendientes de europeos, pues sus próceres son holandeses o alemanes que vinieron a América en busca de riquezas.

Un poco más al sur de esta región está Puerto Varas, una pequeña ciudad muy cerca de la frontera entre Chile y Argentina. Esta región es famosa por la nieve y los paseos en esquí, pero en otoño, aunque hace frío, no hace el suficiente para que empiece a nevar. Así que durante estos meses la ciudad está casi vacía y el mejor plan es salir a caminar por los cerros y lagunas.

Lo mismo sucede en Bariloche, la ciudad al otro lado de la frontera. Decidí salir a recorrerla entera, caminé por entre los interminables bosques, paré a comer en las lagunas y escalé sus cerros. Mi última parada fue el Cerro Llao Llao, frente al lago Nahuel Huapi; un paisaje desde donde pude ver los nevados del sur de la Argentina con un cielo completamente despejado; un lugar en el que realmente vale la pena quedarse unos minutos en silencio, simplemente para contemplar.

Hasta aquí me llevó mi camino hacia el sur. He llegado a mi última estación de este lado del continente y comienza mi recorrido de vuelta al norte. Me esperan Buenos Aires y Rio de Janeiro en mi camino de regreso, aunque aún me queda mucho camino por recorrer.

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