Martes 11 de septiembre. Después de una mañana de mucha tensión, se vieron finalmente los aviones sobrevolar el edificio, seguidos por fuertes explosiones que obligaron a desalojar a aquellos que se resistían en su interior. En una de las habitaciones, sumido por la angustia y el desespero, un hombre tomó la decisión de terminar con su vida de un sólo tiro o, por lo menos, así lo informaron las autoridades que se tomaron el poder.
Se encendieron las luces y, aún impactados por lo que acabábamos de ver, los asistentes empezamos a salir de la sala en fila, uno detrás del otro, en una lenta y larga procesión. El frío de la sala contrastaba con el calor que hacia afuera. Era otoño en Santiago, pero parecía que el verano llegaba para quedarse una temporada más. Mientras caminaba hacia la salida un gran letrero llamó mi atención. “Museo de la Memoria”, y es que resulta algo redundante porque qué otro objetivo puede tener un lugar así. Pero el de este era otro; un museo hecho para que “nunca más”…; un espacio dedicado a reconocer y enfrentar los errores del pasado y, poder así, dar vuelta a la página y continuar.
“Continuar”, esa palabra me quedó dando vueltas. De nuevo en el museo reflexionaba sobre mi casa y la falta que nos hace poder dar el salto y seguir. En estos momentos de tanta agitación política, conflictos y procesos, pensaba que el problema es que le tememos a tener que enfrentarnos a una realidad a la que le venimos huyendo hace más de 50 años. Un Museo de la Memoria implica entonces terminar un ciclo, aceptar culpas y empezar un largo camino para cerrar las heridas.
A veces verte reflejado en los demás te permite entender que por más difíciles que sean las circunstancias, todo debe terminar en algún momento y así poder continuar. No es cuestión de perdonar, simplemente de seguir y poder cerrar ciclos porque al no hacerlo, una sociedad puede terminar envenenada y podrida ya enferma de tanto pelear.
Finalmente entré a la siguiente sala. se apagaron las luces y el testimonio de uno de los jóvenes torturados interrumpió lo que estaba pensando.