Fiesta de colores

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Cada año los Hindús celebran la llegada de la primavera con un festival de 14 días, como se hace en mucho lugares del planeta. Existen varias versiones del mito sobre porqué la celebración, pero lo importante es que a todas las atraviesan dos elementos principales: el fuego y los colores. El fuego se atribuye al incendio de Joliká que termina quemada por la arrogancia de su padre, el rey Jirania Kashipú. También se atribuye al incendio del dios Kama cuando interrumpió a Shiva en una de sus meditaciones. Los colores, en cambio, se relacionan con la relación amorosa entre el niño Krishna y Radhá, pues él se queja por el contraste entre el color dorado de ella y su color oscuro. La solución de su madre es cubrirlos de colores para disimular las diferencias.

Hoy en día en toda India se celebra durante 14 días el Joli con diferentes ritos según la región y según su cercanía a cada mito relacionado con la fiesta. La idea es que las personas se visten de blanco y se pintan de colores unos a otros para eliminar las diferencias raciales, sociales y económicas. Alrededor de la fiesta hacen fogatas, bailes, música y otros rituales según la región.

Dada la diversión que puede darle a cualquier persona del mundo tirarle polvos de colores a todo el que se le atraviese en una fiesta pública, el evento se masificó y hoy en día se celebra en otras latitudes con el nombre de Holi. ¡Claro! La fiesta se agringó, se eliminaron las fogatas y se convirtió en una mamadera de gallo donde un montón de blancos con acentos nórdicos se lanzan colores unos a otros para celebrar…, bueno, ellos no saben muy bien qué celebran pero algo sí es claro, la pasan de lo bueno. Las fiestas suelen celebrarse el primer o segundo fin de semana de primavera, fecha que concuerda con la fecha de celebración en India y se realizan en alguna plaza y sin mucha difusión pública más que el boca a boca y una que otra página de Facebook.

El Chorro asistió a la fiesta en Barcelona donde un montón de turistas y españoles blancos se taparon las caras con colores vivos. La fiesta empezó a las 10 am de un domingo soleado en una plaza al norte de la ciudad, en el barrio El Carmel. Se presentaron algunas bailarinas árabes, se escuchó música medianamente hindú, y se repartieron bolsitas de colores a 1 euro cada una. Al final de la jornada (2 pm) las personas se desplazaron tranquilamente por el barrio a las estaciones de metro más cercanas. Los viejos que pasaron por entre esa cantidad de locos pintorreteados pasaron mirando mal mientras los demás siguieron divirtiéndose con la pequeña extensión de la actividad.

Acá les dejamos el video del día:

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