Blancanieves y los siete enanos toreros

Las adaptaciones de cuentos, novelas y mitos han hecho a más de un guionista o director de cine merecedor de un Óscar. Esto, claro, muy a pesar de las úlceras que sufrieron otros cuántos puristas de las letras. En los últimos años la sección de la biblioteca más visitada por las productoras ha sido la de cuentos infantiles, con especial interés por los clásicos de los Hermanos Grimm. Para un domingo de guayabo y arrunche, las salas han ofrecido a Hansel y Gretel convertidos en mercenarios, a una sexy y virginal Caperucita Roja acechada por los lobos de su aldea  y a Blancanieves convertida en comandante de un enorme ejército.

El  increíble maquillaje, el enorme despliegue de efectos especiales y las jovencitas más sexys del mercado no habían  logrado más que rescatar la violencia y crueldad detrás de las aparentes  historias tiernas que contaba la abuela antes de ponernos a dormir. Las adaptaciones épicas de los cuentos clásicos pasaron sin pena ni gloria por los teatros del mundo entero. Sin embargo el pasado 28 de Septiembre de 2012 se estrenó en Barcelona una adaptación de Blancanieves que resalta por ser un homenaje al cine mudo de los años 20.

La Blancanieves de Pablo Berger se destaca por la precisión de la banda sonora, la impresionante fotografía y la excelente adaptación de los personajes y los hechos del cuento a partir de la sociedad taurina de la capital Andalúz de los años 20. Una película seductora para los melancólicos y entretenida para los desprevenidos. Una película que estará en competencia durante el Festival de Cine de Cartagena de Indias que empieza el este jueves.

Sin embargo, El Chorro considera que los 10 premios Goya que recibió el pasado domingo no alcanzan para premiar la verdadera genialidad de la obra. Para nosotros la inclusión de un grupo de siete enanos toreros hace de la película una joya; nos parece maravillosa por el simple hecho de poder ver a siete enanos vestidos con traje de luces enfrentándose a un pequeño novillo con toda la seriedad del caso. No hay monstruo digital, maquillaje o desnudo que pueda superar la satisfacción que produce este grupo de valientes enanos. No hay presupuesto que logre superar el buen trabajo visual y escrito logrado por Bergel.

Así que si quieren ver una Blancanieves acompañada de siete enanos toreros, muda, en blanco y negro, y con una excelente banda sonora, pídansela a su amigo pirata de confianza, porque fuera del FICCI parece que no llegará pronto a las salas del país.

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