HAY que asesinar a los documentalistas

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El Tiempo termina su reportaje sobre Álex de la Iglesia, a propósito de su conversatorio en el HAY festival, con la siguiente aclaración: “Algunas frases de Álex de la Iglesia” y simplemente cita algunas frases (párrafos en realidad), entre irreverentes y sensatas, de lo que parece ser una conversación que tuvo o con Roberto Pombo o con el periodista encargado de esta nota.

Nosotros empezaremos con una que básicamente resume la manera de pensar de Álex de la Iglesia; para nosotros claro, está en completa discusión que sea así o no. Hace un año en su conferencia en FICCI dijo: “HAY que asesinar a los documentalistas”, refiriéndose a que la objetividad de la verdad a la que quieren llegar los realizadores de documental era una completa mentira. Una que no podían creerse sino ellos, mientras que la ficción era más honesta al ser una verdad que quiere ser contada por  el director.

Antes que nada el director español tiene toda la razón en cuanto a que la objetividad no existe.  Si su meta es llegar a la verdad a través de lo audiovisual, mejor empaque esa cámara, entre a Mercado Libre y véndala a un precio moderado para que alguien que tenga claro qué hacer con ella, lo haga. Del otro lado, el comentario de De la Iglesia presenta a una industria que se nutre de historias creadas por la imaginación, no de la realidad como tal. De esta manera enmarca a lo audiovisual en unos paradigmas industriales por los cuales el mismo Álex de la Iglesia ha sido criticado en España. Ejemplo claro fue cuando se opuso a la Ley Sinde.

Finalmente, para él las historias prevalecerán porque son lo que  la gente pide; pide que le cuenten algo, que lo entretengan, así sea con ideas vanas o elaboradas que de una u otra manera se convierten políticas o verdaderas en cuanto exista una audiencia que las vea y las piense, las politice o las crea. Y finalmente, mientras las personas sigan pidiendo historias, la industria DEBE existir en función de la audiencia.

A mi juicio De la Iglesia es un tipo que viene con una idea clara de continuar haciendo cine. Mientras a los de El Tiempo se les llena la boca de babas porque Álex dice que con la nueva de ley de cine en Colombia se pueden pensar en coproducciones (que ademas dudo que acá en España lo vean como un bicho raro cuando dice eso porque acá no hacen sino nombrar a Colombia como una posibilidad de coproductor), a mi se me llena la boca de babas porque mientras él diga que las historias deben existir, nosotros los productores podremos seguir inventando más cine y más contenido que de una u otra manera encontrará su nicho de mercado.

Esperamos que Rafael Pombo, perdón Roberto Pombo (y le pido perdón al primero) tenga la audacia y las agallas de entrar en estos temas sesudos de la creación de una industria audiovisual y más aún, en proponer las posibilidad de una industria de empresas creativas, que vaya más allá de la inversión y que toque los temas del riesgo que implica resolver  lo político en el cine o incluso, de  la polémica que generan los derechos de autor respecto a la creación contemporánea que raya entre los límites de la copia y lo novedoso.

HAY conferencias para lo que viene a este festival y HAY que saberlas escuchar.

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