Es que no se trata de los gordos, calvos y bajitos, sino de las discriminaciones sociales que se dan por cualquier razón estética que en el fondo son ridículas. El personaje principal puede ser cualquiera que se tenga unos complejos que le impidan socializar, como lo dirían los sicólogos, “normalmente”.
Esta película, que no es una animación infantil, sino una animación naturalista, nos muestra cómo la visión de la realidad cambia por culpa de unos complejos totalmente superables.
Recomendadísima producción colombiana que, por primera vez en el país, se arriesga a la rotoscopia como opción cinematográfica.